Cuando termine agosto, el Senado de la Nación va a encadenar casi cuatro meses y medio sin actividad en el recinto y solamente habrá tenido una sola sesión en todo el 2023. Hasta ahora, suma más intentos fallidos que debates. Y no parece que se vaya a modificar en el corto plazo.
La campaña, las PASO, las internas, la falta de acuerdos, la decisión de no permitir que el oficialismo apruebe nada, son parte de la cantidad de definiciones que se escucharon durante todos estos meses en los pasillos de la Cámara Alta, como parte de las explicaciones que justificaron la poca actividad.
Durante la próxima semana tampoco habrá sesión. La vuelta a las comisiones, que se espera para mediados de septiembre, significará el regreso de muchos de los senadores que hace tiempo que no pasan por sus despachos. Esto puede hacer menguar lo que fue la actividad principal en la Cámara Alta durante estos meses, el peregrinaje de dirigentes del Frente de Todos – Unión por la Patria a las oficinas de la Presidencia del Senado. Cristina Fernández aprovechando la ausencia de los legisladores convirtió su despacho en el primer piso del Palacio en lo más parecido a un centro de campaña.
Durante los últimos meses dirigentes del oficialismo, gobernadores y sindicalistas se dieron cita en la sala de reuniones del despacho de la Presidenta del Senado. Esta semana que culminó no fue la excepción.