Dady Brieva es reconocido por su confesa militancia en el kirchnerismo pero más aún por las expresiones despectivas que utilizó para referirse a los funcionarios y votantes de la oposición. Tal vez esto último explique por qué, desde hace varios años, al ex Midachi le ha costado vender entradas para sus obras. En la presente temporada, sus fracasos teatrales contaron con la generosa ayuda de Axel Kicillof.
El Gobernador de la Provincia de Buenos Aires destinó 90 millones de pesos para dos funciones del espectáculo Súper Dady en el Teatro Auditorium de Mar del Plata. La noticia, que fue brindada por la Subsecretaria de Políticas Culturales, Victoria Onetto, generó polémica sobre la discrecionalidad de la asistencia.
La situación de Brieva viene siendo complicada desde hace ya un par de temporadas. En 2021 el humorista decidió levantar todas sus fechas luego de que sólo 14 personas asistieran a una de las funciones en San Bernardo.
Kicillof extendió su mano salvadora a un Brieva que aún no procesa el rechazo del público. Lo cierto es que el rechazo que hay alrededor de su figura es algo que Dady se ha ganado. Son pocos los que olvidan polémicas frases de su autoría, como «Quiero que realmente la pasemos mal así no compramos más espejitos de colores», en referencia a la presidencia de Mauricio Macri. También en octubre del 2020, mientras transcurría unas de las múltiples marchas que se hicieron en contra del Gobierno, el humorista manifestó en su ciclo radial en El Destape: «Unas ganas de agarrar un camión N1 619 y jugar al bowling por la 9 de Julio».