El presidente Javier Milei encabezó la conmemoración central por el 42° aniversario del inicio de la Guerra de Malvinas. El mandatario nacional arribó a las 10 de la mañana a la Plaza San Martín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y colocó una ofrenda floral en el Cenotafio de los Caídos en Malvinas y, de esa forma, rendió homenaje a los 649 héroes fallecidos en las Islas Malvinas.
El presidente estuvo acompañado por el ministro de Defensa, Luis Petri, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel.
Al dirigirse a los presentes, Milei manifestó que un reclamo “real y sincero” por Malvinas no solo implica “meras palabras en foros internacionales con nulo impacto en la realidad, que solo le sirven al político de turno para impostar un falso amor por el país. Los argentinos están cansados de aquellos políticos que se golpean el pecho sin un solo resultado positivo para mostrar.
“Para que los reclamos soberanos sean escuchados y respetados es condición necesaria primero que el país y su dirigencia sean respetados, ya que nadie tomaría en serio el reclamo de defaulteadores seriales y corruptos, que defienden un patético modelo de negocios”.
Convencido de que no habrá eco ante los pedidos si la nación no es protagonista del comercio internacional, continúa generando pobreza y actúa con desprecio ante unas Fuerzas Armadas a las que hacen incapaces de defender su territorio, el Presidente remarcó: “No es coincidencia que poco y nada se haya avanzado en el reclamo”.
Seguro también de que su administración es la primera que se hace cargo de la situación y tiene un rumbo claro, ahondó sobre la generación del 80 y tildó a Roca como “el padre de la Argentina moderna”, quien comprendió “como nadie” la importancia de la economía y las Fuerzas Armadas. “Tenemos que retomar su ejemplo”, continuó.
“Como demostró Roca, la economía por sí sola no alcanza. No hay respeto internacional si la dirigencia política hace hasta lo imposible para ensuciar el nombre de nuestras Fuerzas Armadas. En los años donde se consolidó la soberanía, eran valoradas por la sociedad; vestir un uniforme era motivo de orgullo. La política ha querido borrar esto hostigando y humillado a nuestras fuerzas. ¿Qué reclamo por la soberanía es posible si la dirigencia se dedica a hostigar a sus Fuerzas Armadas? ¿Qué homenaje a los héroes de Malvinas puede ser sincero, si en simultáneo el Estado financia organizaciones que desprestigian a nuestras fuerzas?”.
“A los héroes de Malvinas y a las Fuerzas Armadas les digo: ese tiempo se ha acabado. Ustedes son motivo de orgullo para nuestra Nación y en esta nueva Argentina tendrán el respeto que les ha sido largamente negado”, concluyó.