Joaquín Sabina, alejado de los escenarios desde una caída que sufrió en una actuación en Madrid en el año 2020, anunció un nuevo disco y una gira a partir de febrero de 2023 por América y España.
Tras el éxito de Lo niego todo (2017), su primer disco con Leiva como productor, el músico, de 73 años, confirmó que “habrá otro” y que espera que se publique en Navidad de este año. En cuanto a la gira, adelantó que arrancará a finales de febrero en América Latina, y que incluirá Argentina.
”Yo no voy de gira si no tengo canciones nuevas”, dijo Sabina en la rueda de prensa de presentación de Sintiéndolo mucho, el documental sobre su figura que rodó Fernando León de Aranoa y cuyo preestreno tuvo lugar en el Festival de Cine de San Sebastián.
El documental, que aún no tiene fecha de estreno en cines, recoge momentos compartidos entre el cineasta y el cantante a lo largo de trece años, desde el último concierto en Madrid con Joan Manuel Serrat, a reuniones de amigos en su piso madrileño, una gira por México o un homenaje recibido en Úbeda, su ciudad natal. León de Aranoa, triunfador de los últimos Goya con El buen patrón, ha contado que todo empezó de manera casual y que fue Sabina quien lo invitó a hacer un viaje en coche con él y con el escritor Benjamín Prado, al que podía llevarse la cámara. Fue el primero de muchos momentos grabados sin plan ni hoja de ruta, hasta que hace tres o cuatro años decidió recopilarlo y buscar la estructura del documental.
”He triunfado en el microsurco y ahora quiero triunfar en el celuloide”, dijo un Sabina sonriente, que enlazaba una frase ingeniosa tras otra, con una voz, eso sí, muy deteriorada. ”Una vez estuve mejor de la voz y la casa de discos me dijo que así no vendíamos un disco… Es una estrategia de marketing, hago que la gente se sienta feliz porque creen que cantan mejor que yo”, siguió bromeando. Ese sentido del humor está muy presente en la película, que renuncia voluntariamente a cualquier atisbo de solemnidad. “El artista debe tomarse en serio lo que hace, por respeto al público, pero no a sí mismo, la solemnidad es el fin de cualquier aventura artística y hemos huido de ella como de la peste”, subrayó el cantante.
León de Aranoa, por su parte, explicó que su propósito con Sabina nunca fue hacer un testimonial con gente opinando, sino recoger “momentos vivos”, incluidos los complicados en los que “entiendes de verdad cómo es una persona”. Se refería, por ejemplo, al día en que el cantante, gran aficionado a los toros, fue a saludar a José Tomás en la corrida de Aguascalientes (México) en la que recibió una grave cornada y, con la incertidumbre sobre su estado de salud, salió al escenario y actuó ante 8.000 personas.
Sabina se confesó “fatal” espectador de sí mismo. “Soy más pudoroso de lo que dice mi caricatura; mi mujer, que no es nada dada a regalar piropos, fundamentalmente a mí, me dijo nada más verlo que Fernando me había sacado el alma”.