El hemisferio norte se encuentra, desde hace días, atravesando una intensa ola de calor, que no da tregua. Las autoridades han elevado a roja la alerta debido a la persistencia de altas temperaturas que han sido descriptas como “inhumanas” y “asfixiantes”.
Este verano, puntualmente junio, es el más caluroso en décadas según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, con una temperatura media superior al máximo anterior que data de junio de 2020.
Esta ola de calor trajo consigo una ola de récords. En todo el mundo se rompió la métrica histórica de temperatura máxima.
El Aeropuerto Internacional del Golfo Pérsico, en Irán alcanzó experimentó el pasado domingo 66,7C, al mediodía. Una temperatura intolerable para la vida humana. China también rompió el récord de la temperatura más alta de su historia, por encima del anterior máximo de 50,6C, que databa de julio de 2017, la Administración Meteorológica del país dio cuenta de 52,2C.
Roma y Cataluña vivieron el fin de semana vivieron sus días más calurosos, con temperaturas de 42,9C y 45,3C respectivamente. Ésta última se acerca a la más alta del continente de 48,8C -que se dio en Sicilia en agosto de 2021- y la cual los expertos temen pueda superarse en los próximos días.
Por su parte, Estados Unidos también ha encendido las alarmas, particularmente en el Valle de la Muerte donde la situación es de las más delicadas de todo el país. Este sitio está ubicado en la frontera entre California y Nevada y es considerado el lugar más caluroso de la Tierra. El récord allí data de 1913 y es de 56,6C, lo que es a su vez, la temperatura más alta del planeta. Si bien esta ola de calor no ha logrado -aún- alcanzar este número, el pasado domingo el sistema meteorológico local informó que los termómetros marcaron 53,3C.
Al respecto, los expertos de la ONU advirtieron que el mundo podría sufrir olas de calor más fuertes y que este tipo de situaciones sólo “continuarán creciendo en intensidad”.
“Uno de los fenómenos notables que hemos observado es que el número de olas de calor simultáneas en el hemisferio norte se ha multiplicado por seis de los años 1980. Esta tendencia no muestra ninguna señal de disminuir”, sostuvo John Nairn, experto de la Organización Meteorológica Mundial.