Desde hace generaciones hemos visto con normalidad pensamientos, en los que se atribuye al hombre una actitud frente a la familia más desligada, donde era la mujer la que deseaba tener hijos. Pero de a poco estos mandatos van cambiando.
Las imágenes tradicionales de la masculinidad afectan a los hombres, tanto a los que no quieren tener hijos como a los que quieren y no pueden. No son ni más ni menos hombres.
Sabemos que las mujeres experimentan mucha presión para convertirse en madres, pero hay menos investigación sobre el estigma experimentado por los hombres sin hijos. Por lo tanto, en un estudio cualitativo reciente, Smith, Knight, Fletcher y Macdonald (2019) trataron de comprender las razones de los hombres para no tener hijos y las experiencias que rodearon su decisión.
1. Ser diferente
Los hombres enfatizaron que eran diferentes de la norma, a menudo describiéndose a sí mismos como «no tradicionales». No sentían la necesidad de ajustarse a los roles de género o los estándares sociales. Los hombres sintieron que otros tenían malas razones para tener hijos, como querer que alguien los cuidara cuando envejecieran.
2. Tener padres distantes
Tener padres distantes, particularmente padres, era un tema común. Los hombres contrastaron los enfoques distantes de crianza de sus padres con lo que sentían que sería ideal, como «ser el tipo que puede cambiar un pañal y sostener al bebé y estar allí” .Creían que si se convertían en padres, debían estar emocionalmente disponibles, a diferencia de sus propios padres.
3. Perder su libertad o sus finanzas.
Muchos de los hombres vieron a los niños como una amenaza para su libertad y su seguridad financiera, y a veces describieron sus propios deseos como «egoístas». Algunos declararon que no estaban preparados financieramente para los niños. Sin embargo, contribuyeron a la sociedad de otras maneras, como «hacer una diferencia en la comunidad”
4. Observar las malas experiencias de sus amigos.
Los hombres utilizaron sus observaciones de las experiencias negativas de sus amigos para justificar sus decisiones de no tener hijos, nombrando consecuencias como la pérdida de una vida sexual y el trato con niños mal educados. Ninguno de los hombres mencionó ninguna observación positiva de las experiencias de sus amigos con la crianza de los hijos.
5. Temores sobre el mundo.
Los hombres declararon que no era adecuado llevar a un niño a un mundo «cruel». Otras preocupaciones incluyen «sobrepoblación», «una crisis energética» y » cambio climático”
Curiosamente, los hombres sintieron que las presiones externas no fueron una fuerza importante en su decisión de no tener hijos. Algunos hombres habían pensado poco en la idea de tener hijos, y dedujeron a partir de ahí que no les importaban. Si bien la sociedad, la familia y los amigos rara vez se veían como factores influyentes de su identidad sin hijos.
Irónicamente, como señalaron los investigadores, muchas de las razones por las que los hombres se nombran libres de hijos, como querer estar preparados, querer proteger a su hijo de los peligros del mundo y que desean estar emocionalmente disponibles para el niño, son características distintivas de la buena crianza.
Pero lo cierto es que el ser padre o madre genera muchas emociones ambivalentes, y está bien charlar sobre ello. Nos ayuda a no posicionarnos como seres omnipotentes que todo lo pueden y a darnos una tregua. Que los hombres hablen de la paternidad como algo que les ilusione o les aterre, que no quieran o que sí deseen, les ayuda no solo a ellos, sino también a otros en casos similares.
Ser padre o no es una decisión, y se toma en base a pros y contras, a pérdidas y ganancias. Es algo personal que no hace falta que nadie entienda, y el juicio que puedan emitir los demás es solo eso, el juicio de los demás. Otra parte importante es la aceptación de que si no puedes ser padre, no lo has elegido, no es tu culpa. Hemos avanzado mucho y hoy hay otras opciones. Padre no solo es el que concibe, también el que se responsabiliza, el que se encarga.
Lic. Karina Vimonte – Doctoranda en Comunicación- Comunicadora Social- Técnica Universitaria en Periodismo- Coach Ontológico- Creadora del Programa ¿Y ustedes para Cuándo?