El concepto define al estilo de vida sedentaria propio de la vida moderna, una realidad que ya lleva varios años y cuyas consecuencias sobre la salud están probadas.
El sedentarismo define desde hace años el estilo de vida moderna. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una cuarta parte de la población mundial no alcanza los niveles de actividad física recomendados según sus edades, mientras que en el país, la tendencia alcanza a 7 de cada 10 argentinos.
En este contexto, cada vez se habla más del “sitting time”, es decir, del tiempo que estamos sentados y de cómo puede enfermarnos, al punto de estar considerado “el nuevo hábito de fumar”.
El doctor Jorge Franchella, médico deportólogo y cardiólogo y director del Programa de Actividad Física del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), confirmó que desde hace 20 años se maneja este concepto.
“Se calcula que alrededor de 12 a 13 horas de actitud sedentaria mientras estamos despiertos, especialmente sentados, estar más de una hora y media sentados configura un aumento del llamado sitting time”.
Para amortiguar este daño Franchella propone pausas activas. “Cada 90 minutos deberíamos levantarnos a hacer una pequeña caminata, que puede ser de 100 metros o de unos pocos minutos” y esto puede realizarse en el mismo lugar de trabajo.
Si bien el concepto sitting time es relativamente nuevo, el problema no. “Son situaciones que veníamos viendo en la medicina, aunque todavía no conocíamos la magnitud que podían tener”, señaló. Por lo tanto, la aparición de estos nuevos términos es, en palabras del experto, una buena oportunidad para poder intervenir y aportar soluciones.
Esto lleva a que crezca el interés y los trabajos científicos que demostraron los efectos del sitting time, entre ellos impacto sobre la obesidad, aumento de la presión arterial, niveles altos de glucosa sanguínea, exceso de grasa corporal alrededor de la cintura y niveles no saludables de colesterol.